Jesús estrella de la mañana, estrella porno, labios carmesí que besan la niebla del mundo. Jesús de Veracruz, alma de pirata y tiburón austral, profeta del destierro y el mezcal que escurre de stilettos. Jesús bizarro de dios, superhéroe de parias y de hetairas, musgo del infinito donde pastan las cabras que volvieron del Monte de los Olivos. Jesús “destruyendo la cruz” para alimentar el fuego de revoluciones y aquelarres. Jesús bruja, ave de presa, constelación dionisiaca. Jesús on bourbon estrellando su Miura contra las puertas del paraíso a 150 kilómetros por hora. Y a la distancia, las trompetas del apocalipsis –en versión de Miles Davis– anuncian la llegada de María Magdalena con cabellera de Medusa.

[texto como parte de la exposición Jesus in Wonderland + Humano que fue pájaro]