La belleza se ha vuelto una palabra genérica –y subjetiva– como la palabra grotesco, dice en una entrevista la collagista Wangechi Mutu. El collage ha sentado a la belleza en sus tijeras para avivar al ojo con estímulos nuevos. Un ejemplo son las mujeres dadá creadas por Hannah Höch hace 100 años que resultan todo menos perfectas… pero hermosas. De igual manera, Wangechi Mutu cuestiona lo que se entiende como norma (la sexualidad de la mujer, su imagen, su capacidad para controlar cómo se representa su imagen…) “y quién está realmente a cargo”. La artista nacida en Nairobi comparte que a través de sus collages trata de “decir que no son una norma debido a todas estas otras cosas que están sucediendo. Corto para encontrar la verdad, encontrar el humor, encontrar la enfermedad. En cierto modo, son como pequeñas cirugías…” Hace un par de días me vino a la cabeza la idea Harper's Bizarre y trabajé este collage que me hizo recordar precisamente las piezas de Mutu, quien usa revistas porno –entre otros materiales– para crear una belleza anti-norma. Esta primera edición –quizás última– de Harper's Bizarre se adhiere a lo que dijo un poeta: “La belleza será convulsiva o no será”.