En la película homónima, The Terminator se extrajo uno de los ojos como quien se quita los calcetines… pero para nosotros los humanos realizar una acción similar –evidentemente dolorosa– no es algo tan random. En las guerras es donde el dolor corporal alcanza sus límites y deja estragos devastadores (busquen la obra de Otto Dix a propósito de la Primera Guerra Mundial). Pero de vuelta a la auto cirugía estilo T-800, es posible que una persona se realice una intervención quirúrgica a sí misma. Está documentado que en 1961 el cirujano ruso Leonid Rógozov se operó su propio apéndice en la Antártida. No tuvo más remedio, o se operaba a sí mismo o moriría. El dolor era insoportable: “Una tormenta de nieve azota mi alma, gimiendo como 100 chacales”. Una bella metáfora para una terrible noche de insomnio. Este collage parte de la idea extrema de mutilarse el propio cuerpo o de intervenirlo, algo que en su momento hicieron artistas como Hermann Nitsch. El collage alude también a un amigo que decidió iniciar su transformación en mujer; pocas situaciones tan radicales, difíciles y quizás valientes como cambiar de sexo. Este collage es una hipérbole de esa decisión; utilicé imágenes antiguas de anatomía, el brazo hallado en una pintura… y para el fondo manipulé un muro grafiteado que fotografié hace pocos años bajo un puente de Texcoco. A propósito de este tema, recomiendo el libro de poesía Operación al cuerpo enfermo, de Sergio Loo (1982-2014), en finísima versión de Ediciones Acapulco y la UANL. “Recuerdo las tardes adolescentes en las que me tasajeaba los brazos escuchando a Sopor Aeternus a todo volumen…”